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Ciarán Foy, Horror, James Ransone, Shannyn Sossamon, Sinister 2, Terror
¡Bienvenidos una vez más al blog queridos lectores! Pues bien, la verdad no sé cómo comenzar esta entrada, tal vez con la afirmación de que yo ¡Amo el cine de terror! Me encantan realmente estas producciones, y la verdad es que siempre me he preguntado ¿Por qué? ¿Por qué al ser humano le gusta pagar una entrada para ver algo que le va a causar terror? Pero así somos de inexplicables, y en mi caso siempre me ha causado un poco de intriga y curiosidad todo lo referente a lo sobrenatural, que si es verdad o no lo es, la respuesta quedará a criterio de cada uno.
Comienzo con esta afirmación para dejar en claro mis gustos por este género cinematográfico, para que no se diga que maltrato sin piedad a las producciones que no me gustan, pero es precisamente por el hecho de que me encanta, que ya prácticamente me conozco de sobra el género y eso es debido a que los directores que lo abarcan pocas veces innovan para buscar sorprender al espectador, por lo que prácticamente en la totalidad de proyectos de terror que llegan a los cines, existe una alarmante repetición de los mismos esquemas ya conocidos de sobra en producciones pasadas.
Es por eso que en los últimos años son muy pocas las películas de terror que han logrado hacerme sentir incómodo durante su proyección y otro grupo un poco más extenso de producciones que mínimo coloco dentro del grupo de aceptables, Sinister que data del año 2012 entra de lleno dentro del segundo grupo y se quedó sólo a unos cuantos escalones de pertenecer al primer grupo.
Porque he de reconocer que los primeros cincuenta minutos de la proyección lograron hacerme pasar un mal rato, gracias a la correcta dirección de Scott Derrickson, cuyos planos y encuadres transmitían una atmósfera asfixiante y claustrofóbica dentro de la casa del personaje interpretado por Ethan Hawke, además de que la dirección se explotaba de una forma grandiosa en las perturbadoras cintas de vídeo que vendrían a representar la trama principal de la película, también era de agradecer que no se abusaba de los famosos “screamers” sino que en todo momento era la atmósfera la que provocaba el terror y eso es precisamente lo que hace grande a una película de este género.
Scott Derrickson y Ethan Hawke son los principales artífices de que Sinister funcione tan bien durante su primera hora, ya después la película decaía notablemente una vez se iba averiguando la naturaleza de lo presentado durante el comienzo, de tal forma que cada descubrimiento bajaba el interés por la historia, a pesar de esto la película logra mantenerse hasta su tramo final y la valoración que me quedaba era de una buena película de terror que pudo haber sido una de las grandes si se hubiera mantenido la misma atmósfera de su primera hora durante el resto de la producción.
Ahora pues, tres años después ya sin Derrickson en la dirección, ocupado por la todopoderosa Marvel en esa película tan esperada por servidor de Dr. Strange y sin un actor tan solvente como Ethan Hawke, llegó a los cines la segunda parte de Sinister, película de la cual realmente concierne la reseña de hoy, y que para que hacernos de la vista gorda si es mejor aclarar desde este momento que prácticamente todo lo que he comentado funciona a base de relleno para no hacer esta reseña tan corta, debido a que como efectivamente se puede vislumbrar desde el trailer que anexo al post, la película de hoy es otra muestra clara de lo peor del género de terror en su máxima expresión y que tristemente concierne a la mayoría de películas de dicho género, aclaro de una vez que a partir de este punto comienzan los SPOILERS, que englobarían en este caso también a la primera película.
Olvidable secuela, olvidable película.
Con una “historia” que continua después del final de la primera película, esta vez nuestro protagonista no es otro que el policía interpretado por James Ransone, que en la película anterior funcionaba a modo de alivio cómico, pero a pesar de que tal decisión desde el primer momento se pueda expresar como una completa locura, he de aceptar que su personaje cae simpático y por lo tanto es fácil soportarlo, eso sí, no se salva de convertirse en el personaje más estúpido de la proyección, lleno de decisiones incoherente que a más de uno de los espectadores hará realmente darse un “facepalm” en la sala de cine.
En sí lo que Sinister hacía bien, manteniendo el misterio del origen de las cintas de vídeo y del “monstruo” de la ocasión representado en la figura de Bughuul, que aceptémoslo, una vez aparecía en la película era cuando el verdadero terror desaparecía por completo, porque seamos honestos físicamente no es un personaje que produzca pavor o algo por el estilo, no tiene la suficiente presencia como otros personajes icónicos del cine de terror, pero como decía lo mejor de Sinister era cuando se mantenía el misterio de las cintas, mientras que en esta segunda parte decidieron destrozar esto último haciendo precisamente de las cintas, las herramientas para la conversión de los niños hacía la decisión de matar a sus familias.
Una completa absurdez, mucho más cuando somos testigos del punto de vista del niño en esta ocasión, algo que se hace insoportable cada que entra en escena, debido a lo horrible que se encuentran dirigidos cada uno de los niños de la película, todos incluyendo los “fantasmas” hacen que sus momentos en escena terminen cansando o de lleno provocando la risa involuntaria en el espectador, y a su vez el hecho de que ellos muestren sus cintas al “niño nuevo”, mata por completo el misterio de la primera película.
Pero en si no es culpa de los niños el estar mal dirigidos, más si nos damos cuenta que la dirección en esta ocasión palidece demasiado a comparación de lo realizado por Derrickson, no existe atmósfera durante toda la película, no existe esa sensación claustrofóbica y eso es debido a que la cámara no lo sugiere ni lo construye en ningún momento, en su lugar, el director se remite a usar una ensordecedora Bso rompe tímpanos, y a meter de manera indiscriminada cuantos más “Screamers” mejor, algo que como todos sabrán, convierte a la experiencia en algo realmente cansino.
Podría extenderme mucho más, hablar del resto del reparto, pero en resumen están igual o peor que el protagonista y los niños, o podría hablar de la ridícula trama secundaria de violencia familiar metida a calzador, pero como mis lectores me conocerán no suelo hacer reseñas negativas dentro del blog, de hecho siempre busco los aspectos positivos aun de las peores películas, pero en esta ocasión realmente no logro sacar algo positivo y para que seguir desperdiciando su tiempo en esta reseña y en mi caso en esta película, simplemente sepan lectores que lo mejor en esta ocasión es correr y alejarse de Sinister 2, otra muestra de las pobres experiencias de terror que invaden el cine y no sean tan ilusos como servidor de poder encontrar mínimo algo a la altura de su aceptable primera parte, una lástima.